Sin embargo, en los últimos años hablar de dietas detox está muy de moda y por el contexto, sobre todo después de épocas donde la comida tiene gran presencia como pueden ser las navidades, se suele dar por supuesto que hace referencia al término desintoxicar. Si bien es cierto que la palabra desintoxicar puede tener su aceptación al hablar de desintoxicar personas de alguna adicción como las drogas o el alcohol nada tiene que ver con depurar el organismo tras unos días de excesos con la comida. Pero ¿A caso estás intoxicado después de las navidades? Quizá pienses que sí, que estás intoxicado de tanto azúcar, grasas, alcohol… pero me temo que la realidad habla por sí sola, de estar realmente intoxicad@, lo más probable es que estuvieras en un hospital y no leyendo esto. Y si, lo sé, probablemente estos días te sientas más @pesad@”, menos ágil, con menos apetito e incluso tu estado de ánimo esté más decaído. Pero eso no quiere decir que estés intoxicado.
El cuerpo sano es una de las maquinarias más perfectas que existen en la naturaleza, y la realidad es que gracias a las funciones de órganos como los riñones, el hígado, los pulmones o incluso la piel, el organismo se mantiene en equilibrio y mantienen el cuerpo desintoxicado cuando los niveles de toxinas o sustancias nocivas pueden verse elevados.
Pero vamos más allá, cuando hablamos de dietas detox, inmediatamente nos vienen a la cabeza esos batidos de color verde a base de frutas y verduras. Bien, ¿y que hay de malo en tomar una buena dosis de frutas y verduras si son saludables? Aquí entra en juego la composición de esos batidos, así como el uso que se dé de ellos.
- Por
un lado, remarcar que suelen ser batidos y productos con una alta concentración
de algunos compuestos como puede ser el ácido oxálico. De ello nos habla
muy bien Juan Revenga en el blog El comidista
haciendo referencia a varios informes de la EFSA (1
y 2).
Como conclusión se expone que el consumo de estos batidos supone varios riesgos
que van desde el incremento de la litiasis renal, la desmineralización y
deficiencia de calcio y hierro, la elevada ingesta de nitratos, o la
contaminación microbiana debido a una incorrecta conservación de los
productos.
- Por
otro lado, este tipo de productos y dietas suelen ir asociados a una gran
estrategia de marketing, muchas veces haciéndonos creer que incorporar estos
productos a nuestra dieta vamos a obtener resultados milagrosos. Y ojo cuando
se trata de seguir una dieta exclusiva a base de estos productos, al final el
aporte calórico será muy bajo poniendo incluso en riesgo tu salud, por no
nombrar las carencias de otros nutrientes que se pueden dar.
Pero
entonces ¿Qué puedo hacer para volver a sentirme yo mism@? Lo primero que te
recomiendo es que te pares a analizar cual es el verdadero problema para ti,
puede ser de imagen corporal, de peso, poniendo énfasis en el número en sí, de
autoestima, de aceptación, digestivo, físico, psíquico…. Y vamos más allá, ¿de
dónde viene ese problema? Este trabajo de reflexión y autoconocimiento lo debes
hacer tú (puedes pedir ayuda por supuesto a profesionales), pero muy
probablemente veas como no es algo que haya aparecido ahora, tras las
navidades, sino que es una relación con la comida, la nutrición, la
alimentación, el físico que ya tenías, mi consejo es que lo trabajes.
Y lo segundo que te recomiendo es que tomes consciencia de lo que para ti supone tener unos buenos hábitos de alimentación o lo que es lo mismo una alimentación saludable. Muchas veces pensamos que comer de forma saludable es incluir en nuestra dieta exclusivamente alimentos saludables, pero no es así. Al final cuando algo es saludable no lo debe ser solo a nivel nutricional, sino que tenemos que ser conscientes del componente más psicológico y emocional que tiene la comida. No darte el permiso en navidades, o cualquier otro día del año, de comer algún dulce, o de comer sin hambre real, sino por mera socialización, al final te hace ser rígido con la comida y contigo mismo y acaba por obsesionarnos y no ser saludable. Sobre todos estos temas de psiconutrición y alimentación consciente te recomiendo a Griselda Herrero, la puedes encontrar en el centro de psiconutrición Norte Salud y en sus Redes Sociales.
Como
recomendación final toma conciencia de aquellos hábitos poco saludables que
están presentes en tu día a día como pueden ser fumar, beber alcohol, consumo
elevado de productos procesados, azúcar, baja ingesta de frutas y verduras y
alimentos de origen vegetal en general, exceso de sal, exceso de proteína
animal, sedentarismo…, y anímate a cambiarlos a través de hábitos saludables.
Para ello no dudes en pedir ayuda profesional si así lo necesitas. Y recuerda
que la alimentación no se mide por lo que se come o no un día o unos días
puntuales. Una manzana puede no ser saludable cuando se convierte en una
obsesión por cuidarse, por comer sano, por controlar la imagen y el peso. De la
misma forma que un trozo de chocolate no va a tirar por la borda todos tus
hábitos. Ni lo que hayas comido en navidades te ha intoxicado ni te hace la
peor persona del mundo, ni seguir una dieta concreta durante x días significa
que tengas una alimentación saludable. Busca el equilibrio, que la comida no te
haga sentir miedo, ni culpa, disfruta, comparte, muévete y sonríe a la vida.
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