Se acercan fechas especiales y este año tan raro desde luego que la Navidad la viviremos diferente. Pero lo importante y que hay que valorar, es que la vivamos, que la disfrutemos y que, aunque sea en petit comité y en la intimidad de nuestros hogares, saquemos esas pequeñas cosas que nos regala la vida, que muchas veces nos pasan desapercibidas y que en el fondo son las que nos sacan una sonrisa cuando más lo necesitamos. En mi caso estos días los dedicaré (aparte de a estudiar….) a disfrutar en pequeña familia, compartir tiempo, risas, ilusión e inocencia con las peques y a agradecer que estamos aquí y ahora. Es tiempo de bajar el ritmo y disfrutar. Muchas veces ese bajar el ritmo, nos supera y por el contrario nos estresamos más: que si regalos, preparativos de comidas, reorganización familiar con los peques de vacaciones, pero nosotros trabajando, compromisos familiares…. En fin, que nos acabamos ahogando. Por eso con este post, quiero haceros llegar una serie de consejos y reflexiones para que el tema de la alimentación no os supere y lo podáis disfrutar, dejando atrás la culpa, el querer ser perfectos y si es posible los empachos. Allá vamos.
1. Fuera obsesiones y culpa
No
consiste en obsesionarnos en buscar y comer todo super sano. Consiste en
escuchar a nuestro cuerpo y ser consciente de lo que comemos y por qué lo
comemos.
Lo
importante son los hábitos y el contexto. Una manzana puede no ser saludable
cuando se convierte en una obsesión por cuidarse, por comer sano, por controlar
la imagen y el peso. De la misma forma que un trozo de chocolate no va a tirar
por la borda todos tus hábitos. Si decides comer algo fuera de lo habitual,
hazlo, pero hazlo porque quieres, te gusta y te apetece, no solo por costumbre.
Toma consciencia y lo más importante, disfrútalo.
2. Regala tiempo
La
familia, los amigos, el amor, el respeto, la ilusión, el compartir…. En
definitiva, todos los valores que buscamos en nuestra vida, y que quizá los resaltamos
más en estos días, no se miden ni se pagan con comida. Por lo tanto, está bien
reunirse para compartir mesa, pero intenta buscar planes más allá de estar
relacionados con la comida. Regala tiempo con los tuyos.
3. Muévete
No
solo es importante lo que comemos sino el estilo de vida en general que
llevamos. El ejercicio físico además en estos días de excesos nos puede ayudar
a mantener un poco más ese equilibrio entre la ingesta y el gasto calórico. Además,
puede ser un buen plan para pasar tiempo al aire libre, tan importante este año,
donde el bicho en cerrado hace de las suyas.
4. No te olvides de las frutas y verduras
En
estos días muchas veces dejamos de lado este tipo de alimentos, como si no
estuviesen a la altura de formar parte de una gran celebración. Como si fuesen
alimentos de segunda categoría. Sin embargo, pensemos, si los tenemos
interiorizados y normalizados en nuestro día a día por algo será, algo buscamos
con su ingesta, entonces ¿por qué no beneficiarnos de ellos en estas fechas?
Existen muchas recetas con frutas y verduras que pueden convertirse en un gran
manjar, además que muchas recetas tradicionales las incorporan como base.
Venga,
¿quién de Navarra no cena un buen plato de cardo en nochebuena? O ¿en qué mesa
no falta una buena macedonia de frutas?
5. Que los dulces no acaparen los postres
Unido
al punto anterior, es importante que los dulces no sean los únicos postres que
tengamos estos días. Es cierto que un buen turrón o un postre más especial
puede apetecer a cualquiera, pero es importante que no acaparen el
protagonismo. Sigamos poniendo color a nuestros días con buenas raciones de
fruta.
Una
buena opción siempre puede ser elaborar postres caseros. De esta forma
tomaremos consciencia de lo que comemos. Además, podemos optar por hacerlos sin
azúcar o añadirle mucha menos cantidad. Pero ojo, no consiste en pensar que por
ser casero tenemos vía libre para su consumo, un flan, un turrón, una tarta….
Por muy casero que sea no deja de ser un producto de consumo ocasional, no
podemos desplazar el consumo de alimentos de mejor calidad nutricional por
estos productos. Pero como hemos comentado al principio, tampoco conviene
obsesionarse con ello y sentirnos culpables por comer un trozo de turrón.
6. El agua como bebida protagonista
La
mejor bebida para acompañar las comidas es sin duda el agua. Y esto mismo se puede
extender al momento de los aperitivos, vermuts etc. A todos nos puede apetecer
en un momento dado una cervecita fresquita, un buen vino o cualquier otra
bebida, no tiene porque ser alcohólica. Mi consejo es que bien, te tomes una
cerveza si te apetece, pero eso, si te apetece, no por presión social, y hazte
la siguiente pregunta: ¿por qué bebemos?
Y
pensando más en los niños y niñas, aunque también en los adultos, intentad huir
de las bebidas azucaradas y refrescos. Si queréis darle un toque diferente a
estos días podéis probar a saborizar el agua con unas rodajas de limón o
naranja, por ejemplo, pero ya de por si son días de excesos, intentemos no
sumar calorías vacías e intentemos seguir educando a los y las peques.
7. Comparte tiempo en la cocina
Si
vamos a cocinar, ¿qué mejor que hacerlo juntos? Sobre todo, pensando en poder
compartir ese tiempo con los y las más peques de la casa. Pero no pensemos solo
en esas tardes de navidad haciendo galletitas, no, nos pueden ayudar en muchas
tareas dentro de la cocina. Es importante que desde pequeños tomen consciencia
de lo que supone comer: planificar, hacer la compra, cocinar, recoger, fregar,
limpiar, tema basuras, desperdicios…. Es un buen momento para, adaptándonos a
las edades, nos echen una mano y les vayamos transmitiendo esos valores que
queremos que calen en ellos.
8. Limita las grandes comilonas
Limita
las grandes comilonas a los días señalados (24, 25, 1, 2 y quién lo celebre, la
noche y el día de Reyes). Parece que la Navidad cada vez comienza antes con el
bombardeo de anuncios, luces, regalos, música, ofertas…. Pero no, la navidad no
dura 2 meses. Está bien prepararse para la Navidad, ir bajando el ritmo, ir
planificando y organizando qué queremos, pensar en qué es lo que celebramos o
queremos celebrar…. Pero de ahí a estar 2 meses comiendo como si no hubiese un
mañana….
9. Modera las porciones
Intentemos
no comer por los ojos y no comer porque si, sino que es importante respetar las
señas de hambre-saciedad. En mi casa, la nochebuena siempre se le ha llamado la
noche que se hincha, y bueno la verdad es que tampoco ha sido nunca una noche
de comer hasta no poder más, pero esta expresión viene de tiempos de nuestros
abuelos. En la Guerra y postguerra las navidades y en concreto la nochebuena
era el día del año donde no faltaba comida en la mesa, el resto, pues siempre
tocaba compartir puchero, hacer aprovechamiento de sobras, racionar el pan o la
leche…. En fin, que eran otros tiempos. Pero hoy en día que no nos falta de
nada en la mesa, vivamos estos días como algo especial, desde el disfrute, pero
sin el objetivo de comer por comer y acabar empachados. Es importante servirse
la ración que se va a comer y si se quiere repetir, piensa primero en lo que
falta por salir a la mesa, no nos llenemos con los entrantes y luego acabemos
comiendo forzados.
Como
consejo, que los entrantes o aperitivos no acaparen el protagonismo de las
comidas. Intenta que sean ligeros y no todo a base de alimentos “vacíos o
superfluos” como pueden ser los fritos, embutido etc…
10. Evita desperdiciar comida
Unido
a la cultura anterior de comer por encima de nuestras posibilidades, en muchas
casas se sigue cocinando en estas fechas como si fuésemos 50 comensales en vez
de 10 (o incluso menos este año). Esto por un lado nos va a incitar a comer más
por pena de que no sobre, y por otro lado va a generar un mayor desperdicio de
alimentos. No obstante, una buena estrategia es que los días posteriores a las
grandes celebraciones planifiquemos en nuestros menús platos de aprovechamiento
con esas sobras.
11. No ofrecer no negar
Esto
va pensado sobre todo a los más peques, que muchas veces ellos no tienen aún
ese poder de decisión. Si hay algo que no quieres que coman (pensando sobre
todo en tema dulces) es mejor directamente no tenerlo en casa. ¿Y si no está en
nuestras manos? En ese caso lo mejor es no ofrecer, no negar. Si alguien le
ofrece algo a tu peque que no quieres que coma, habla con él o ella para que
piense si realmente lo quiere comer, si tiene hambre, pero desde luego una vez
se lo han ofrecido o lo ha visto encima de la mesa y lo quiere, no se lo
prohíbas, puedes acabar consiguiendo que se obsesione con ello. Y muy
importante, piensa qué si a ti te apetece comerlo, ¿Por qué tu hijo no va a
poder? Si nos ven comer a nosotros lo lógico es que quieran. Muchas veces los
adultos nos comemos 3-4 o incluso más trozos de turrón, pero pretendemos que
nuestros hijos/as lo justo lo prueben. Seamos coherentes.
Todos
estos consejos podrían servirnos para cualquier momento y para cualquier año.
Pero como ya he comentado al principio este año ha sido diferente y la Navidad y
el fin de año también lo van a ser. Por eso te dejo el mejor consejo que creo te
puedo dar:
DISFRUTA DEL AQUÍ Y EL AHORA. Valora lo que tienes y, sobre todo, a quien tienes. Este año no nos vamos a poder reunir y celebrar como nos gustaría, pero compartir momentos, aunque sean virtuales con nuestros seres más queridos también nos conecta a ellos y ellas. Regala esos abrazos y besos (virtuales) a quien más quieras y sobre todo se responsable, nadie quiere que el año que viene haya sillas vacías en la mesa debido a todo esto. Cuidémonos. Las grandes celebraciones llegarán y cuando lleguen las disfrutaremos como nunca.
Por
todo ello seguid las recomendaciones y medidas que se han establecido para
todos estos días. Si os vais a reunir con otras unidades de convivencia no os olvidéis
de:
1- Realizar frecuentemente un buen lavado de manos.
2- Llevar la mascarilla puesta, excepto los momentos puntuales de comer y beber.
3- No compartir platos, cubiertos… los entrantes este año es mejor que no se pongan al centro de la mesa, sino que cada comensal tenga ya su comida en su plato individual.
4- Mantener una correcta distancia entre los comensales. Este año seremos menos en las mesas, pero el espacio a ocupar debería ser el mismo.
5- Realizar una correcta ventilación de las estancias interiores. No, el frío no resfría así que tranquilos, no pasa nada por tener la ventana un poco abierta, uno se pone una capa más de ropa y listo.
Y por último en estas Navidades y final de año tan raro, respetad, respetad a quien haya decidido celebrarlas en la intimidad de su hogar, al que haya decidido reunirse solo para dar paseos o al que haya decidido que no hay nada que celebrar…. Cada uno y una de nosotros debemos actuar con responsabilidad y cada uno tiene sus circunstancias, respetémonos entre todos y todas. Vendrán tiempos mejores y ojalá no nos tengamos que lamentar por irresponsabilidades cometidas. Por el momento solo os deseo que esos pequeños reencuentros que se puedan producir estén llenos de ilusión y esperanza, y que de igual manera lo estén esos contactos virtuales y esos momentos íntimos en pequeña familia.
Feliz navidad y próspero año
2021
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