La receta que os presento hoy no será la más saludable, no, pero a veces la alimentación no solo consiste en nutrir nuestro cuerpo y mantenerlo en equilibrio, sino también en nutrir nuestro alma.
Esta receta me conecta de forma muy especial con mi infancia, con un olor a horno de leña, un olor a pueblo. Me acerca a esa inocencia de cuando era niña. Pero para mi lo más importante es que me hace sentir cerca a esa generación que sin ser conscientes, tanto nos enseñaron: los abuelos.
Esta receta me conecta de forma muy especial con mi infancia, con un olor a horno de leña, un olor a pueblo. Me acerca a esa inocencia de cuando era niña. Pero para mi lo más importante es que me hace sentir cerca a esa generación que sin ser conscientes, tanto nos enseñaron: los abuelos.
Y un consejo: compartid, compartid con los vuestros esos momentos de cocinado, esos sabores, esos olores.... porque perdurarán en el tiempo y nos harán de una forma u otra seguir vivos.