viernes, 10 de abril de 2020

El comienzo de la alimentación complementaria (II): ¿Cómo?


En el post anterior veíamos cuando comenzar con la etapa de la alimentación complementaria (AC) y la importancia que tiene respetar los tiempos en el desarrollo de los bebés. Pero ¿cómo comenzar con la AC?


Históricamente el ser humano ha pasado de tomar leche materna a demanda, a comer los alimentos que estaban a su disposición, sin hacer distinción entre los adultos y los niños en cuanto al tipo de comida, se comía lo que había, igual para todos. Los alimentos “para bebés” son un invento de la industria alimentaria en los últimos años.



Bien, quizá un bebé pueda comer lo mismo que un adulto (lo veremos con más detalle en el siguiente post dedicado al ¿qué ofrecer?) pero seguro que te estás planteando que la forma de cocinado y textura debía de ser diferente. Pensemos… ¿Acaso había batidoras hace 200 años? Por no hablar de edades más antiguas en el tiempo. Si bien es cierto, que, en la antigüedad, las propias madres ayudaban a adaptar los alimentos a los niños/as.  Muchas veces trituraban ellas mismas los alimentos que les darían a sus hijos e hijas, de esta forma facilitaban la masticación e incluso hacían los alimentos más digeribles ya que la propia saliva de la madre comenzaba el proceso de digestión en su boca. Pero imaginaros la de enfermedades que se contagiaban por estas técnicas.

Con los avances en tecnología (batidora, robots de cocina…) junto con otros cambios sociales (incorporación de la mujer al trabajo, cambios en los hábitos de comida, horarios, menos comidas en familia…) y cambios en la industria alimentaria, se buscó la comodidad a la hora de comenzar con la AC de los bebés. Con todo ello, a finales del siglo pasado se vio incrementada la oferta de preparados para bebés (potitos) al igual que aumentaba la presencia de leche artificial y otros productos listos para consumir como los cereales en polvo. Durante muchos años, se ha incluso favorecido la ingesta de este tipo de alimentos en el sector sanitario en bebés incluso menores de 6 meses. Actualmente parece ser que ya hay consenso y muchos estudios científicos avalan la no introducción de alimentos diferentes a la leche materna (o en su defecto leche artificial) antes de los 6 meses de vida como ya vimos en el post anterior. Además, El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna, así como código de corregulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores, prevención de la obesidad y salud (código PAOS), ha ayudado a que todo este campo este más controlado. Lo más aconsejable sería ofrecer alimentos los más parecidos a lo que comen el resto de integrantes en la familia, pero ¿haría falta adaptarlos de tal forma que se ofrezca todo en forma de triturados? Las recomendaciones actuales de la Asociación Española de Pediatría recogen que se recomienda aumentar progresivamente la consistencia de los alimentos y comenzar con texturas grumosas y semisólidas lo antes posible y nunca más tarde de los 8-9 meses. A los 12 meses, el lactante ya puede consumir el mismo tipo de alimentos que el resto de la familia, aunque teniendo especial cuidado con los sólidos con riesgo de atragantamiento, como por ejemplo los frutos secos enteros, que deberán evitarse. Además, se indica que se han descrito problemas de alimentación a largo plazo y un consumo escaso de frutas y verduras en niños en los que se introdujeron tardíamente las texturas grumosas (más tarde de los 9 meses).

Para poder afinar más con la respuesta al tema de si ofrecer todo en textura triturada, te planteo las siguientes reflexiones:

  •         ¿A ti te resulta apetecible un puré de verdura, con pescado o carne todo junto? Probablemente no, pues a tu hijo/a muy probablemente tampoco.
  •         Además, pensemos, ¿no habíamos dicho que una de las principales funciones de la AC es la social? ¿Qué el ser humano está hecho para compartir momentos y experiencias? Es importante que el niño nos vea comer, le acompañemos en sus comidas y muy probablemente así quiera comer lo mismo que nosotros. Pues no tiene mucho sentido ofrecerle una cosa totalmente diferente. Sí es cierto, que muy al principio, no va a poder comer lo mismo que nosotros (lo veremos en el siguiente post), pero ahí podemos jugar con el formato y las texturas y no tanto con ofrecer un alimento totalmente diferente.
  •         ¿Por qué le vamos a enseñar a nuestro hijo o hija un tipo de alimentación que luego no es la que va a llevar en la etapa adulta, ni siquiera dentro de dos años? Para los bebes el comenzar con la AC supone unos cambios fisiológicos muy importantes, dejan de comer todo mediante la succión, produciéndose una especie de “primer destete”. Al ofrecerles toda la comida en puré se habitúan a no tener que masticar mucho y no estimulan las cualidades motoras orales desde un inicio, pudiendo dejar de lado su desarrollo. Pero no olvidemos que a la larga es algo que van a tener que aprender, haciéndoles pasar en ese caso por un “segundo destete”.

Los purés están muy bien, sí, son completos y oye si eres un buen cocinero o cocinera hasta pueden estar ricos, nosotros los adultos también comemos purés y cremas de vez en cuando, pero no todos los días. ¿Y entonces, cuál es la alternativa a los purés? Ofrecerles la comida en trozos. Seguro que has oído hablar del método Baby Led Weaning (BLW), cuya traducción literal al castellano es: “destete guiado por el bebé”. Simplemente el nombre ya nos indica que este método va más allá de lo meramente nutricional y nos habla de respetar los ritmos del bebé en cuanto a qué comer, cuánto comer y cuándo comer. Este método persigue seguir respetando el ritmo del bebé. Los bebés pasan de comer a demanda (lactancia) a estar controlados y regulados por los adultos, y la idea es que sea el mismo el que nos marque el ritmo a seguir. El hecho de ofrecerles la comida en trozo y dejarles experimentar y comer a ellos solos, ayuda, además, a su autonomía, a su desarrollo motor (hacer la pinza, llevar la comida a la boca, coordinación, desarrollo visual…), les permites a ellos regularse cuánto y qué comer y les ayudas a ver el acto de la comida como algo positivo.

Llegados a este punto puede ser que de nuevo nos aborden las dudas y el miedo, sobre todo con temas de atragantamiento. Decir que se ha visto que los niños alimentados en trozo no presentan más riesgo de atragantamiento que los que se alimentan con papillas o purés. Eso sí, hay que seguir unas pautas para que no sea peligroso (algunas cosas las abordaré en el próximo post, pero seguramente haga un post específico sobre BLW). Y muy importante, para mí, la AC debe ir siempre de la mano de un curso de primeros auxilios pediátricos para darnos esa seguridad (y no solo si se decide ofrecerles la comida en trozo).

Con todo este escenario sobre la mesa, no quiero decir que no haya que ofrecer purés a los bebés, puesto que nosotros los adultos también los comemos de vez en cuando. Pero sí que es importante que el momento de comer nos sirva también para trabajar su autonomía, y sobre todo que se respeten sus ritmos. Lo importante al comienzo de la AC es que se familiarice con colores, sabores y texturas nuevas y que vaya asociando cada una al alimento correspondiente, de tal forma que se vaya haciendo su propio gusto. En definitiva, que les ayudemos a crear una buena relación con la comida. Y esto no solo se puede trabajar ofreciendo la comida en trozos, sino que es algo que debemos propiciar elijamos el método que elijamos para comenzar con la AC.

Algo que no debemos perder de vista es que los niños y niñas como mejor aprenden es jugando y a través del ejemplo. Pues dejémosles que juegues y experimenten con la comida e incorporémosles a nuestra mesa, que nos vean comer y que no se sientan los “raritos” de la familia. Hagamos ante todo que tengan una buena relación con la comida, y eso desde luego lo vamos a conseguir si nosotros y nosotras estamos tranquilos, si estamos seguros de lo que hacemos y porque lo hacemos. Por eso, decidas ofrecer la comida como decidas, que sea porque quieres y no porque te sientes juzgado o señalado. Además, no podemos olvidarnos que la leche, materna o artificial, debe ser el principal alimento al menos durante el primer año de vida. El resto de los alimentos, simplemente van a complementar a la leche y es por ello por lo que no debemos agobiarnos en si come mucho o poco, respetemos y escuchemos sus señales de hambre y saciedad. Ese mucho o poco depende de nuestra perspectiva como adulto y no de sus necesidades. Un niño/a come porque está creciendo y no crece porque come.

No podemos pasar por alto que muchas veces en torno a la AC no entran en juego solo los padres, sino que muchos niños/as ya han comenzado la escuela infantil o están al cargo de los abuelos/as durante esos ratos que incluyen las comidas (la triste realidad es que muchos padres deben incorporarse a los trabajos sin tener otras opciones). Es por ello que os animo a que hagáis participes de vuestra visión y opinión a esas personas que estarán al cargo de la alimentación de vuestros hijos e hijas. Que les informéis y animéis a formarse en nutrición infantil como lo haríais vosotros. Y sobre todo que intenten respetar vuestra decisión, pero también que respetéis la suya. Recordad que ellos y ellas tienen que transmitirles seguridad y tranquilidad a vuestros hijos e hijas. No pasa nada si se tiene que recurrir a practicar un blw mixto o a ofrecer triturados al comienzo.

Espero este post te haya hecho reflexionar un poco acerca de cómo ofrecer los alimentos al comienzo de la AC, no hay fórmulas mágicas, sino que lo importante es disfrutar y estar tranquilos y sobre todo tener mucha paciencia.


Seguro que las dudas ahora son sobre qué alimentos ofrecer y desde luego como poder adaptar esos alimentos a los bebés al comienzo de esta etapa. Para ello no te pierdas la tercera parte de esta serie de post: los comienzos de la alimentación complementaria. 

Bibliografía
Recomendaciones de la asociación española de pediatría sobre alimentación complementaria. Dra. Marta Gómez Fernandez-Vegue. Noviembre 2018. https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/recomendaciones_aep_sobre_alimentacio_n_complementaria_nov2018_v3_final.pdf

Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia (de 0 a 3 años). 2016. Generalitat de Catalunya. Agencia de Salut Pública de Catalunya. http://salutpublica.gencat.cat/web/.content/minisite/aspcat/promocio_salut/alimentacio_saludable/02Publicacions/pub_alim_inf/recomanacions_0_3/0_3_guia_recomanacions/guia_recomendaciones_alimentacion_primera_infancia.pdf

World Health Organization. Complementary feeding Report of the global consultation Summary of guiding principles. Geneva: WHO; 2002. https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/42739/924154614X.pdf?sequence=1

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